Continúa el juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa y uno de los imputados, Blas Cinalli, fue uno de los más expuestos en las audiencias de lunes, martes y también de este miércoles. Los ocho rugbiers permanecen inmóviles en el banquillo de los acusados y esta semana se mostraron sin barbijo. 

En las primeras jornadas de la semana declararon peritos que participaron de la autopsia practicada sobre el cuerpo de la víctima en la morgue de Villa Gesell, ciudad balnearia donde Fernando Báez Sosa fue asesinado a golpes en la madrugada del 18 de enero del 2020. 

También dieron su testimonio los profesionales que analizaron los teléfonos celulares de los imputados. En los aparatos encontraron audios que se enviaron entre ellos minutos despues del asesinato del joven de 18 años que estaba de vacaciones con sus amigos y su novia. 

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De todos los mensajes, los de Blas Cinalli fueron particularmente indignantes.  “Nos sacaron todos los patovicas, lo recagamos a palos mal”, dijo a un interlocutor. “Nos agarraron del cuello, nos sacó la Policía, pero ganamos igual”, agregó.

Ahora, lo que continúa en el juicio puede complicarlo más todavía.  En las jornadas de hoy y mañana declararán los peritos encargados de los estudios genéticos del caso, los análisis de ADN, con 42 muestras extraídas entre la víctima y los acusados mediante hisopados, todos con sus tarjetas marcadoras FTA, con material genético de comparación para los forenses.

El expediente marca que la muestra 814.122 del caso, el hisopado al meñique izquierdo de la víctima, “se obtuvo un perfil mezcla en el que se advierte coincidencia con el perfil de la muestra 814.7″, que pertenece a Blas Cinalli. 

Este hallazgo, escribió la fiscal Verónica Zamboni, “denota que la víctima al defenderse durante la agresión lastimó a Blas Cinalli, quedando material genético de éste en un dedo meñique. Esto contrasta claramente con las lesiones que presentaba Cinalli el día del hecho, lesiones éstas constatadas por el reconocimiento”, que fueron constatadas por un médico legista.

El 18 de enero de 2020, según la acusación, Máximo Thomsen (23 años), Enzo Comelli (22), Matías Benicelli (23), Blas Cinalli (21), Ayrton Viollaz (23), y Luciano (21), Ciro (22) y Lucas Pertossi (23), emboscaron a Báez Sosa a la salida del boliche Le Brique, de Villa Gesell. Allí comenzaron a golpearlo hasta que la víctima perdió el conocimiento y falleció minutos después por esas lesiones. Los agresores lo patearon en el piso y no permitieron que sus amigos pudieran auxiliarlo.